Manos de madre y niño sosteniendo un corazón rojo, representando amor y cuidado familiar.

Una heredera austríaca pide ayuda a los ciudadanos de su país para repartir millones.

La jóven Marlene Engelhorn, busca a 50 personas idóneas que le ayuden a decidir el destino de la fortuna que heredó de sus abuelos. La suma a repartir, que trepa hasta los 3.800 millones de euros,  tiene como objetivo cumplir un sueño de carácter personal. Para la jóven austríaca, ver cómo la riqueza puede cambiar la vida de cientos,  incluso en un escenario donde la  ausencia de una acción política efectiva en este sentido, es la regla, es su más alta satisfacción. 

El sueño o anhelo más fervoroso de una gran cantidad de seres humanos -quizá de millones- es,  sin lugar a dudas, tener dinero a raudales , ser millonarios.  Por esta razón,  estudian carreras promisorias y  pasan sus mejores años subidos en la cresta de la ola del mundo dando su mejor batalla. Otros, menos esforzados y más optimistas,  prefieren  intentar conquistar un buen pasar en lo económico mediante los juegos  de  azar y se adentran en un  lugar sinuoso y casi siempre infructífero donde invierten, o pierden, la mayoría de las veces,  sus magros recursos, mientras sueñan con el golpe definitivo  de la suerte.  Por último, están aquellos que , simplemente, tienen una suerte verdadera y legítima. Estos son los que   siendo herederos de imperios económicos, el dinero les  llega , ciertamente, como caído del cielo. 

El caso de Marlene Engelhorn, de jóvenes 32 años,  es fiel reflejo de esta última situación y su historia personal,  marcada por  la generosidad, los fuertes valores  en torno a la equidad y justicia social  , sorprendieron al mundo  tras conocerse  su decisión de donar el 90% de su herencia. Una decisión que tiene como fin la coherencia de vida en sintonía con una de sus  metas personales más principales y prioritarias : la de  contribuir de forma concreta,  en el acortamiento de la insondable brecha global entre ricos y pobres. 

De nacionalidad austríaca, Marlene nació en cuna de oro.  Nieta del fundador del imperio farmacéutico que logró forjar la firma  BASF y Boehringer Mannheim, demasiado pronto en la vida, cuando era apenas una adolescente rebelde, se dio cuenta de la diferencias siderales -a las que considera hoy  desproporcionadas e injustas- que se alzaban entre las vidas de los muy ricos  y las  del resto del planeta. Por ello, luego de fallecer su  abuela, Traudl Engelhorn Vechatto, y ser notificada de que  se convertiría en una de las multimillonarias más jóvenes del globo, su vida austera y simple, se complicó de plano .  

 ¿Qué es lo correcto hacer con tanto dinero ? 

La abultada suma de dinero depositada en su cuenta bancaria, lejos de ser motivo de alegría,  le cayó a Marlene Engelhorn como la peor de las cargas, esas que se llevan en la conciencia y se sienten en la espalda. Por ello, lejos de organizar festejos a todo lujo , hacer más viajes, comprarse un par de casas en destinos paradisíacos  o consentir todos sus caprichos,  puso a girar su plan para aliviar el peso que a su vida y conciencia le imprimía todo este dinero. La pregunta que fue el motor de su estrategia fue la siguiente :  ¿Cuál sería la  mejor forma de contribuir de forma efectiva  al Bienestar y la Equidad de una Sociedad?

Como parte de una  respuesta personal a esta pregunta, Marlene creó con un grupo afín a su línea de pensamiento,  la organización Tax Me Now (Cóbrenme Impuestos Ahora) . En esta iniciativa pudo reflejar con claridad, una de sus ideas clave en torno a cómo el Estado debería proceder con los más ricos.Esto consiste, desde su punto de vista,  en la promulgación de una ley para cobrarle impuestos a los más ricos y financiar con ellos, los programas sociales para el  beneficio y promoción  de los menos favorecidos.

En números concretos,  la joven Marlene,  se alzó con una herencia de dimensiones estratosféricas calculada en más de 4.000 millones de dólares. Y,  al respecto, esta fue su opinión: “Ciertamente, nadie necesita tanto dinero para vivir. Al menos, definitivamente,yo no necesito toda esta cantidad abrumadora  para vivir con dignidad y ser feliz. En cambio,  creo que esta suma bien empleada, puede cambiarle la vida a muchas personas que sí lo necesitan. Ya sea  para desarrollar sus vidas en mejores condiciones, construir un  futuro acorde al que soñaron y con ello,  poder aportar sus talentos al mundo”, explicó la jóven heredera con gran énfasis al ser consultada  respecto de su valiente decisión.

Los valores que sostienen una vida altruista

Pero, ¿por qué Engelhorn hace esto?, se preguntan aún muchos en todo el mundo. La respuesta, que  ha explicado la propia jóven en múltiples ocasiones,  tiene que ver con los valores personales de fondo. Con una  filosofía de vida que dirige su rumbo y su forma particular de estar en el mundo. Una actitud que, según ha expresado, tiene que ver con  tener los pies en la tierra, los ojos abiertos para ver los problemas del mundo y un corazón compasivo. ¿El foco? , luchar por la trascendencia y por ver el impacto que  la riqueza bien distribuida puede tener cuando en el campo social se ve ausencia de una acción política efectiva para poner un freno a las crecientes desigualdades sociales. 

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